Las almohadillas de las patas de nuestros perritos son una parte fundamental para ellos, ya que son la zona que entra en contacto directo con el suelo y si no tenemos cierto cuidado, pueden dañarse o herirse con facilidad. Por eso, es importante prestar atención y tratar cualquier problema que se presente para que nuestro amiguito no sufra y se recupere con rapidez.
Todo lo que debes saber sobre las almohadillas
Para detectar si las almohadillas de tu perrito están en perfectas condiciones, puedes observar si son duras, resistentes, suaves, y sin ningún tipo de grieta.
Los perros tienen cuatro almohadillas digitales con depósitos de grasa que aportan elasticidad para reducir el impacto al apoyarlas en el suelo y amortiguar los golpes al correr o saltar.
Además, en ellas tienen glándulas sudoríparas, que son las responsables de mantenerlas húmedas para que no se agrieten, así como de regular su temperatura corporal.
Factores y dolencias más frecuentes
La temperatura del suelo, el hielo, la nieve, el barro, las piedras o incluso el agua, pueden generar grietas y heridas en las almohadillas del perro. Asimismo, debemos prestar atención por dónde pisa nuestro amiguito para evitar que se encuentre con objetos cortantes o cristales que puedan herirle.
Las dolencias más frecuentes que afectan a las almohadillas del perro son las siguientes:
- Hiperqueratosis: Este trastorno consiste en la producción excesiva de queratina, principalmente en las almohadillas y/u hocico, generando un engrosamiento y endurecimiento de la piel. Normalmente lo sufren perros sénior y obesos.
- Grietas: Aparecen cuando hay una falta de hidratación en la almohadilla o por causa de un desgaste excesivo debido a los terrenos por donde nuestro peludo pasea.
- Cortes: Suelen producirse cuando el perro pisa cristales u objetos puntiagudos que se encuentran en el suelo.
- Quemaduras: Pueden darse cuando la superficie del suelo está demasiado caliente (por ejemplo, el asfalto de la calle, la arena de la playa…) o demasiado fría (como la nieve o el hielo). Por eso, es importante tener y mantener un especial cuidado de las almohadillas durante las épocas de temperaturas más extremas (invierno y verano).
- Espigas: Son elementos vegetales que se encuentran en las zonas verdes. Por su forma de lanza se pueden introducir entre los dedos y penetrar a través de la piel hasta generar una infección.
- Mordeduras: Pueden ser de otro perro u otros animales como serpientes o insectos.
- Irritaciones: Pueden aparecer tras una caminata muy larga, ya que las almohadillas pueden resentirse si el perro no está acostumbrado a recorrer largas distancias por las rozaduras con las superficies.
Cómo proteger las almohadillas
A continuación, os facilitamos unos tips muy fáciles para ayudar a proteger las almohadillas de tu peludito y lograr que estén siempre en perfectas condiciones:
- Asegurarse de que las almohadillas están duras y no presentan grietas.
- Revisar las almohadillas después de cada paseo para detectar si hay algún corte, herida, uñas rotas o cualquier elemento que pueda haberse pegado o enganchado en sus patas.
- Llevar a tu amiguito a caminar por diferentes terrenos para que sus almohadillas se acostumbren a las diferentes superficies.
- Procurar realizar paseos acordes a su raza y tamaño.
- Recortar los pelos y las uñas para que no le provoquen molestias, evitando posibles infecciones.
- Limpiar y secar bien las almohadillas al regresar de un paseo por el exterior, especialmente si está lloviendo.
- Utilizar zapatos o botas especiales para perros en días de temperatura o terrenos extremos.
- Hidratar las almohadillas cada 15 días para evitar que se resequen. Puedes optar por remedios caseros como la vaselina o el aceite de oliva, o productos que contengan Aloe vera o colágeno como Aloevet® con propiedades hidratantes y protectoras de pequeñas lesiones de la piel.
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